lunes, 27 de agosto de 2012

¿Quién manda a quién?

Desde que tengo uso de razón recuerdo que siempre ha habido una fuerte pugna por ocupar los cargos públicos, desde el presidente de la república hasta un alcalde de el mas remoto pueblo, esto sin mencionar los cargos en cualquier ministerio que te provean de una "chapa" o carnet que te otorgue cierto "poder" sobre el resto de los demás mortales que habitamos este atribulado país, pero ¿con qué propósito se quiere tener este cargo público y para qué se quiere usar? Por otra parte, ¿obtienen el cargo público para servir o para ser servidos como reyes? y en todo caso: ¿cuál es la función de un funcionario público? ¿ser nuestros jefes? 

Muchas veces me ha pasado que voy en por la calle en el pesado tráfico de la ciudad y de pronto todo el río de automóviles es detenido por fiscales y policías para agilizar un canal de la avenida y dar paso a una caravana de escoltas que protegen a un funcionario público, entre 7 y 10 camionetas negras último modelo, unos 10 motorizados uniformados y armados, y en fin, en algún vehículo de esos va el "servidor público" en cuestión, aislado del mundo, de la chusma, del polvo y el hollín que circula en la vía bajo las narices de los otros ciudadanos mortales que transitan las calles sin esos privilegios y sin esa seguridad que disfruta el empleado del gobierno.

Otras de las ventajas que se otorgan a un trabajador del gobierno es que obtienen una investidura inalcanzable y sublime, es decir, suben de plano y pasan a ser divinidades a las cuales no se les puede responder, ni pedir explicaciones, ni mucho menos hablarles sin permiso porque sería un irrespeto a dicha divinidad que está por encima del resto de los ciudadanos por una sencilla razón: ¡tiene un cargo público!

Total que podría poner una gran cantidad de ejemplos de lo que significa ser un empleado público por estas latitudes, pero la pregunta es: ¿Realmente son los empleados públicos desde el presidente de la república hasta un portero de ministerio nuestros jefes? ¿En realidad nosotros los ciudadanos tenemos vivir en estado de genuflexión ante la mirada altiva de los llamados gobiernos? ¿Será cierto que ellos son los que nos mandan y nosotros somos los que obedecemos y además son los dueños de todo y nosotros los dueños de nada? Yo creo que no...

Veamos esto en forma concienzuda: ¿Que significan las palabras servidores públicos? ¡que sirven al público! ¿y quienes somos el público? ¡Nosotros! entonces ¿por qué nosotros les tenemos que rendir pleitesía? ¿Por qué tenemos que verlos como nuestros superiores? ¿acaso fueron electos para hacer de nosotros sus esclavos o para administrar en forma eficiente los ingresos de la nación? 

Yo creo que los ciudadanos del mundo, especialmente los de nuestra querida América Latina deberíamos hacernos muchas preguntas como éstas  y de una vez por todas comenzar a pensar de manera correcta, es decir, asumir la jefatura de nuestros países delegadas en los jefes del gobierno, exigirles trabajo real y no demagogia  y dejar de ser los pendejos que aplauden y bajan la mirada, porque ya basta que los gobernantes vivan de nuestras ilusiones y miedos, del atraso, de la ignorancia y la estupidez nuestra.

Ellos no son superiores a nosotros, ellos no son mesías ni salvadores, ellos no son reyes dueños de todo, son gente como tu y yo que son electos para desempeñar un cargo público, y en consecuencia como funcionarios deben rendir cuentas en sus cargos, deben ser eficientes en el manejo de los recursos que son de todos y los ciudadanos debemos vigilar porque eso sea así.

Ya ha pasado demasiado tiempo y es hora de que tanto ellos como nosotros entendamos: ¡quién manda a quién!

Como siempre les digo, esta es una humilde opinión, tal vez yo pudiera estar equivocado...

No olviden: "La sonrisa está al alcance de la cara"

Un abrazo y hasta la próxima.







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